Cada día que pasa los españoles somos mas conscientes del problema que tenemos. Eso sí, nos ha costado bastante, y todavía nos queda bastante por asimilar. El español de normal procesa las cosas con calma.
Sabemos que la burbuja inmobiliaria y la corrupción – la política nada más por ahora, ya que pocos se paran a pensar en las empresas corruptoras – han sido las causantes de nuestras miserias actuales. La gente, sea de izquierdas o de derechas, coincide en que el rescate a los bancos ha sido una equivocación y que el PP y el PSOE trabajan para las élites financieras.
Todos los recortes los ha sufrido el trabajador y mientras los de arriba siguen con las mismas condiciones, incluso mejores, que antes del comienzo de la crisis. Eso si, muchos miran hacia arriba y sólo ven a los políticos y banqueros, aunque otros muchos ya también meten en ese saco a las grandes empresas del país.
El problema es que todavía la mayoría no ha pensado en como solucionarlo, y no porque no tengamos capacidad, sino porque nunca nos ha gustado – salvo honrosas excepciones – preocuparnos de la política y de las cosas de estado. Estamos acostumbrados a que todo lo hagan los poderosos y nosotros ser ajenos a estos temas: desde tiempos de la edad media, los de arriba nos mandan y nosotros obedecemos.
Todos tenemos claro que los de arriba no nos van a solucionar la papeleta. Ahora nos toca decidir a nosotros si vamos a resignarnos como siempre hemos hecho, o si por el contrario vamos a coger de verdad las riendas de nuestro destino.
Si queremos ser una ciudadanía de verdad, de pleno derecho, tenemos que empezar a ser nosotros los que buscquemos soluciones para salir de este pozo, cosa que por otra parte, sucederá a muy largo plazo, pero que será mejor que ofrecer un futuro a nuestros nietos del siglo XVIII.
¿Por donde empezamos? Pues por el trabajo, que es la forma por la cual subsistimos.
Como contaba en el artículo del Keynesianismo, una de las medidas que tomó Roosevelt fue bajar las jornadas laborales y subir los salarios.
Es obvio hasta para un analfabeto económico (como es mi caso) que el problema de nuestra crisis es que no hay consumo. La gente consume poco porque no tiene dinero y los pequeños empresarios echan gente o bajan sueldos porque si no tienen que cerrar – las grandes empresas lo hacen para que sus accionistas sigan manteniendo sus yates, deportivos y mansiones – las cuales crean el 89% de los trabajos en España.
Y claro, vosotros me diréis, ¿Cómo van a subir los sueldos los pequeños empresarios si como dices arriba tienen que cerrar si no?
Pues fácil. De ese rescate tan bonito de 100.000 millones inyectamos una buena parte a las pequeñas empresas que puedan generar puestos en sectores económicos fiables y solventes, que generen economía de verdad, y no la especulativa formada con burbujas del ladrillo. Esas empresas tendrán buena liquidez para pagar mejores salarios y mayor número de empleados.
¿En que sector invertimos? Pues en los sectores pilar de una economía solvente (esto se explica en primaria, pero os dejo la wiki): En el sector primario y secundario, sobre todo en este último.
Tenemos que apostar por industria y energía, y no la energía montada por el oligopolio energético, sino fomentar energías renovables y así poder ser independientes energéticamente. Paso previo para generar verdadera riqueza a través de la industria.
Dentro de las industrias, la apuesta que más beneficios aporta a las grandes potencias es la I+D, es decir, la ciencia.
Tenemos exceso de gente formada que se está teniendo que ir fuera debido a los fuertes recortes que está sufriendo la ciencia en este país. En España invertimos ahora mismo el 0,5% del PIB, cuando Europa recomienda un 2% como mínimo.
Tampoco nos debemos olvidar de la mayoría de trabajadores dedicados a la construcción y la hostelería que han quedado apeados del progreso. Otra parte de ese rescate yo lo invertiría en planes de formación para la gente desempleada.
En nuestra historia no tuvimos una Revolución Industrial que nos hiciera comprender lo importante que resulta la industria y manufactura. Hasta hace bien poco eramos un país donde la mayoría trabajaba en puestos de baja cualificación, dejando los pocos que requerían algo de formación a los hijos de los ricos.
No nos valoramos y pensamos que somos un pueblo de cazurros porque así ha sido toda nuestra historia. La realidad es que hemos sido cazurros obligados por los caciques inmutables y eternos que dirigían los designios de nuestras vidas.
El sistema interpuesto por los caciques siempre fue un sistema de la edad media, con matices y refinamientos, pero que poco ha cambiado hasta nuestros días. Nada de industria, aquí nos dedicábamos al campo y en los últimos años al sector servicios (salvo honrosas excepciones en País Vasco, Barcelona y poco más tarde en Madrid). Sectores poco cualificados y peor pagados.
Los españoles somos igual de listos y capaces que los alemanes, los suecos o los yankis. Es más, diría que somos todavía más grandes, porque sin tener cultura industrial contamos con muy buenos científicos que son partícipes de avances importantísimos. Sin ir más lejos en el último mes hemos visto claros ejemplos como el de Nuria Martí Gutierrez, participante en la obtención de células madre a partir de un embrión clonado, la cual os recuerdo que despidieron del Centro de Investigación Príncipe Felipe de Valencia, o al mejor físico joven de Europa, Diego Martínez Santos, al cual le han denegado una beca Ramón y Cajal para volver a España.
Me siento muy orgullosa de mi pasado humilde. Mis antepasados eran trabajadores del campo, que vivían en la más absoluta pobreza. Ellos lucharon porque sus hijos prosperaban y vivieran mejor. Aquello dio a lugar a mis padres, dos trabajadores de la hostelería, que pudieron vivir de una burbuja inmobiliaria y turística gestada en el Franquismo y aumentada por los gobiernos de nuestra pseudo-democracia. Gracias a la educación pública, mis padres, con mucho esfuerzo y sacrificio, consiguieron que su hija pudiera ir a la universidad y convertirse en una ingeniera.
Nuestros antepasados querían que progresáramos, y para alcanzar el progreso la población debe tener una masa importante de personas cualificadas dedicadas a la industria, y concretamente, a la ciencia. Seguiremos construyendo casas y dando sol y playa a extranjeros, pero necesitamos un sector industrial fuerte y sólido que pueda mantener al resto de sectores en los malos momentos.
En resumen, mi solución, y creo que la de la gran mayoría de los españoles, es invertir a largo plazo en un tejido laboral de calidad y bien pagado, con el cual podamos costear un bienestar social elevado. Ese tejido se crea a partir de industria y energía y tenemos que hacer hincapié en mirar hacia esa dirección, y no hacia donde miran los de arriba, que es a la misma historia de siempre: Un país de gente pobre cuya única preocupación sea sobrevivir cada día.
Lo de las renovables en España tiene para un post propio.Ayer mismo escuché en la radio hablando del tema de las fotoeléctricas:
Hace un par de gobiernos, se empezó a subvencionar a lo bruto a la gente que, perdiendo terreno, pusiese granjas de paneles solares. La gente se lió a cargarse terreno improductivo para dejarlo reluciente. Las empresas eléctricas pagaban a los productores (poquito, en el campo todo es pagar poco a los granjeros) y el estado subvencionaba otra parte. Bien, en un alarde de genialidad de el último gobierno, se eliminó completamente esa subvención, de manera RETROACTIVA (además de haber invertido para montar el tinglado, ahora te toca pagar al estado lo que parece ser que sólo te prestó), momento en el que aprovecharon las empresas eléctricas en bajar el precio del kilo de voltios. Por supuesto, Rajoy prometió que iba a volver a poner esa subvención, pero si se ha olvidado de cosas aún mas sangrantes, qué es dejar a una buena cantidad de gente del campo en la miseria…
Menos mal que España es el país del SOL y la playa, que sino….
Muy interesante tu articulo, pero juegas con las reglas del capitalismo, y la soluciones que das, son en términos capitalistas, pensando en consumismo, beneficios, empresas y organizaciones.
Yo iría mas allá, hay que cambiar de raíz. Coincido en lo que planteas, seguro que con esas medidas algo mejor nos iba a ir, pero un sistema que esta podrido desde la raíz no se puede curar, hay que arrancar y plantar otro árbol nuevo.
Sinceramente soy de la opinión de que hay dos formas de cambio, los de raiz, como tu dices, que suelen ser traumáticas, generan millones de muertos, etc, o las graduales.
Soy la primera que dice que el capitalismo está acabado, pero considero que el cambio puede ser gradual, adaptando poco a poco nuestro sistema a uno nuevo. Eso resulta mucho menos traumático para la peña.
No se puede pretender hacer un cambio completo del sistema de repente. Primero, la gente se va a resistir, porque llevan muchos años escuchando eso de rojos, masones y comunicas malos. No contarás con el apoyo popular, y sinceramente, obligar las cosas a la fuerza se llama dictadura, y no me apetecen más Stalin en el mundo.
Los cambios deben ser sutiles, poco a poco, que la gente los vaya digiriendo de forma que no se empache y así puedo asimilar que esas medidas son mejores que las que nos ofrece el capitalismo neoliberal. Primero vayamos a un sistema como el sueco o finlandés, y luego ya, desde allí, damos el siguiente paso.
Hacer las cosas de golpe suele llevar al puto desastre, si no mira la segunda republica, lo bien que les fue intentando traer aquí una constitucion francesa de golpe y porrazo.
Yo no dije ni comunismo, ni dictadura ni Stalin, hay que progresar, inventar algo nuevo, un sistema mas justo. Ni el comunismo, ni las dictaduras ni las democracias han funcionado bien al 100%…debemos pensar en un sistema nuevo. Pero nuevo de Raíz, hay que arrancar a los canceres políticos y económicos que gobiernan, y liberar al pueblo de los medios.
Así es, pero vuelvo a lo de antes, si haces un cambio brusco la gente no le da tiempo a adaptarse con convencimiento de causa. Si colocas ese sistema nuevo en un mundo gobernado por el capitalismo, lo más probable es que se pervierta dicho sistema y se tache de lo puto peor, como ocurrió con el comunismo. Lo mejor es ir metiendo ese nuevo sistema de forma gradual, para que una vez se haya asentado sea muy dificil echarlo para atras (como pasa ahora con el capitalismo)